El marxismo se define como una doctrina filosófica y política que se desarrolló a mitad del siglo XIX por el periodista, filósofo y economista alemán Karl Marx, junto a la colaboración del sociólogo, filósofo y periodista Friedrich Engels.
Esta doctrina fue difundida formalmente en el Manifiesto del Partido Comunista, en 1848. Este es uno de los tratados políticos de mayor influencia histórica.
El marxismo está basado en criticar al sistema capitalista acusándolo de permitir el diseño de economías que dan desastrosos resultados, incluyendo también terribles dictaduras. Las ideas que se plantean en el manifiesto comunista abogan por abolir la propiedad privada y derrocar el sistema de clases sociales.
Características del Marxismo
- Terminar con el sistema desigual de clases sociales para dar paso a la existencia de un solo grupo social o clase.
- El salario que un trabajador ganaría se determinaría por los beneficios que este pueda generar.
- Abolir la propiedad privada para sustituirla por la propiedad pública.
- Crear una sola clase social que administre y tenga la capacidad de cumplir con las necesidades de la nación.
- El valor de un producto es determinado por el trabajo que se tuvo que realizar para producirlo.
- El impuesto sobre la renta se pronuncia y se gradúa simultáneamente.
- Centralizar los medios de producción y la economía para que el Estado estandarice los precios.
- Los sistemas de educación, comunicación y transporte deben ser de carácter público.
- Controlar a la banca centralizada.
Criticas Marxistas al Capitalismo
El trabajo moderno tiene inseguridad
Para Carlos Marx el sistema capitalista entendía que la persona era prescindible por completo, siendo un elemento más entre las fuerzas de producción.
Un componente que podía desecharse sin piedad cuando los costos se elevarán y el sistema fuese incapaz de solventarlo, o porque se reemplazara por tecnología. Marx entiende que las ideas comunistas no son únicamente una teoría económica, sino que también son una forma de entender las emociones del ser humano.
El trabajo moderno también es alienador
Marx expone que el trabajo moderno lleva a una alienación, esto significa, una desconexión de lo que la persona es y lo que realiza diariamente. Él pensaba que el trabajo podía traer mucha alegría a la gente y para que eso fuese real, este trabajo debía dar la oportunidad de exteriorizar la mejor parte de cada persona. Por otro lado, el capitalismo se desenvuelve en un ambiente laboral que promueve la extrema especialización del trabajador a través de específicas tareas que se realizan en serie.
El capitalismo es bastante inestable
Planteaba que el capitalismo estaba caracterizado por un conjunto de crisis, aunque los mismos capitalistas las llamaban rarezas o anormalidades. Carlos Marx entendía que estas crisis eran el resultado de la sobreproducción de cantidad y las llamó crisis de abundancia. Los sistemas de producción y las fábricas tienen tanta eficiencia que pueden suplir casas, bienes, acceso a la salud, a la educación, entre muchos otros, a cualquier persona.
El sistema de economía moderna tenía tanta producción que no requería el trabajo de todas las personas, pero muchos describían el desempleo de forma peyorativa, en vez de considerarlo libertad. Marx defiende al ocio con admiración mientras se realiza la redistribución de la producción de la sociedad.
Los trabajadores tienen poco pago mientras que enriquecen a los capitalistas: el autor del marxismo planteaba que los capitalistas reducían el pago de los trabajadores hasta lo más extremo, llegando en ocasiones a promover el trabajo infantil y la explotación laboral, con el único objetivo de conseguir el margen mayor de plusvalía o de ganancia; a esto Marx llamó acumulación primitiva.
Mientras que los capitalistas entendían que la recompensa era la ganancia moderna por el talento tecnológico y el ingenio, Marx pensaba que esto era robar el trabajo y el talento de los trabajadores que obtenían un pago por su trabajo para posteriormente venderlo a alguien más a un precio más alto.
El capitalismo le hace daño a los capitalistas
Marx no creía que los capitalistas eran malos, sino que tenía conciencia de sus agonías y sus pesares. Tras los matrimonios de la burguesía había una extensión de los negocios de la familia vinculados a presión, tensión y resentimiento. Casi todas las parejas seguían juntas por razones financieras. Para el autor, el capitalismo obliga a las personas a priorizar por completo los intereses económicos. Esta tendencia psicológica fue llamada fetichismo de la mercancía por Marx, porque forzaba a dar valor a cosas que realmente no lo son.