El estrés se define como el mecanismo que se activa en el momento en el cual un individuo se enfrenta a un cúmulo excesivo de situaciones que están por encima de los recursos manejables. Por esto las personas se ven superadas al intentar cumplir con cada una de las demandas exigidas para superar dichas situaciones. En medio del estrés, la persona padece una sobrecarga emocional que influye en su bienestar personal, psicológico y físico.
Las causas que desencadenan este mecanismo son diversas pero no siempre el estrés es malo, existe un estrés saludable y positivo con el cual el individuo tiene un mejor rendimiento y es mucho más resolutivo.
Este tipo de estrés se emplea como un estímulo para enfrentar eventualidades de importancia por la persona las cuales pueden ser un problema económico, un duelo o una actividad muy importante como una boda o un cumpleaños. El estrés también se usa como mecanismo de respuesta.
Características del Estrés
Síntomas
El estrés desencadena una variedad amplia de síntomas emocionales, psicológicos y físicos. Gran parte de los afectados no saben que están sufriendo sintomatología del estrés, los de mayor frecuencia son:
- Mala memoria: también llamada amnesia disociativa, ocurre cuando un suceso estresante o traumático genera la incapacidad de la persona para recordar datos de sí mismo. Las lagunas pueden durar varios minutos o décadas.
- Dolor de cabeza: es el síntoma más común en el estrés. El de mayor frecuencia es el tensional, resultante de la tensión muscular en el cuello, la mandíbula, la cabeza, etcétera. Se produce a causa de la ansiedad y el estrés habitual.
- Ausencia de concentración o de energía: las personas con estrés se enfocan demasiado en un tema, por lo que se les hace difícil atender otras cosas y pierden de manera parcial su concentración.
- Diarrea: aumento de heces blandas y acuosas, como también dificultad o estreñimiento a la hora de evacuar.
- Enfermedades de Salud Mental: depresión y/o ansiedad.
- Cambios conductuales
- Cambios en el peso corporal: como resultado de hábitos alimenticios inadecuados relacionados al estrés. Los cambios de apetito normalmente se acompañan de estilos sedentarios de vida.
- Problemas en el esqueleto, en los músculos y de tipo cardiovascular: estos se presentan cuando el estrés tiene demasiado tiempo afectando a la persona.
- Cansancio extenso e incesante.
- Problemas en el estómago.
- Cuello y mandíbula rígidos: puede acompañarse también de dolores de cabeza.
- Problemas de índole sexual: el cansancio que resulta del estrés prolongado puede generar problemas a nivel sexual.
- Envejecimiento y desgaste celular: el descanso puede revertir y recuperar el desgaste producido por estrés. Pero si la persona no concilia el sueño de manera continuada, entrará en un estado continuado de hiperactividad acumulando sucesos de estrés, por lo que puede llegar a padecer de problemas de salud mentales y físicos.
- Exceso de sueño o insomnio: no poder dormir es una frecuente característica del estrés. Esto afecta la calidad y la cantidad de sueño.
Causas
La primera fase de manifestación del estrés es la preparación o activación del individuo a dicho estímulo, luego existe un lapso para mantener el estado de gran actividad y en último lugar, cuando la situación se supera, se llega a la etapa del agotamiento en la cual la actividad sufre una caída brusca.
Para la adaptación de las necesidades o las exigencias se activa el procedimiento del estrés en el cual se manifiesta y se adapta el cuerpo a las reacciones de motivar el pensamiento, tener una conducta de mayor energía, elevar la eficacia para sobrellevar ciertas situaciones de forma exitosa, etcétera.
En la vida diaria, la persona puede vivir el estrés sin tener repercusiones negativas. Esto también permite una elevación de la autoestima porque aumenta el rendimiento y se obtienen las metas y los retos previamente establecidos. Pero el estrés comienza a ser perjudicial en el momento en el que los recursos y las energías gastadas no son recuperados. Si esto ocurre, el organismo sufre un importante desgaste.
Tratamientos
- El primer tratamiento es el reconocimiento del estrés y de las eventualidades que producen al mismo.
- Reconocer y aceptar que existen aspectos que no pueden ser cambiados, aunque se haga el intento de la mejor manera para amenizar las situaciones relacionadas a estos.
- Cambiar los hábitos insalubres que sirven de combustible al estrés, tales como beber alcohol, fumar, comer en exceso, utilizar drogas ilegales, etcétera.
- Mantener la fuente del estrés lo más alejada posible.
- Hacer uso de técnicas de relajación como pilates, yoga, entre otras.
- Realizar ejercicio regularmente con el propósito de liberar tensiones.
- Tener una dieta equilibrada y saludable.
- Establecer límites cuando el estrés se genera en el ambiente familiar o en el trabajo.