La moral, en ocasiones llamada moralidad, es un conjunto de costumbres, creencias, valores y normas que se utilizan para guiar a la conducta del individuo en el marco de una tradición, sociedad o cultura determinada. Dicho de otra manera, la moral permite diferenciar lo malo y lo bueno en un específico contexto por los valores que grupos sociales defienden en un momento de la historia.
La moralidad se compone de cada uno de los contextos y tópicos de la persona, siempre que se trate de un individuo con actos voluntarios y libertad, capaz de tener autodeterminación. Aunque tienen conceptos parecidos, la ética no se debe confundir con la moral.
La moral se relaciona al libre albedrío del individuo y a su adhesión a algunos códigos de conducta que se han formado en la cultura y en la historia. Un ejemplo son las religiones que imponen códigos de comportamiento, ordenando la vida diaria de las personas basándose en lo que es espiritual, cultural y socialmente aceptable, separándolo de lo que no lo es.
Características de la Moral
Códigos morales
El código moral es un conjunto informal o formal de normas que las personas siguen para poner orden en la sociedad, tomando en cuenta los valores de la tradición junto al consenso cultural y social. Estos códigos pueden estar descritos en alguna clase de escritura tales como los carteles prohibitivos en las distintas situaciones o instituciones, como los códigos de vestimenta a ciertos lugares y en las iglesias.
También existen códigos que no son escritos, sino que se manejan por la población de manera inconsciente. Uno de ellos son los códigos morales pertenecientes al cristianismo que continúan estando vigentes en el occidente liberal y moderno, tales como rechazar la homosexualidad, tener fidelidad sexual en el matrimonio, etcétera.
Las personas pueden cumplir con algunas o con todas las normas de la moralidad en los códigos, tomando en cuenta la permisividad de la misma sociedad y la estructura emocional y cultural de cada individuo.
Moralidad objetiva y subjetiva
Con frecuencia se discute sobre un grupo de normas morales como si se tratara de una moralidad objetiva, a esto se le llama moralidad que se pone en práctica en la sociedad pero que no se relaciona al cumplimiento de las mismas por el individuo. Esto se utiliza para diferenciar los siguientes conceptos:
- Moral subjetiva: está relacionada a las decisiones internas y propias de la persona.
- Moral objetiva: está dictada por la tradición y no tiene dependencia en el individuo.
Inmoralidad
La inmoralidad es una definición opuesta diametralmente a la de moralidad, siendo su complemento. Las acciones contradictorias a un código moral informal o formal se tienen por inmorales. Esto significa que son indecentes, réprobas, contrarias a las correctas costumbres y dignas de crítica.
Estas son las acciones inmorales, sociedades o personas inmorales. Pero en la mayoría de las ocasiones, lo que cuenta como inmoral para algunos solamente está regido por códigos morales ajenos a los demás.
Moral y religión
Las religiones le dieron históricamente a las sociedades primitivas los primeros códigos de moral, estipulando un mínimo orden de funcionamiento social y conducta descrito como un mandato de Dios o como un conjunto de valores sacros.
En el principio funcionaba como un primer código jurídico. Sin embargo, en las sociedades actuales esto ha quedado relegado a algo más cultural y íntimo que está a cargo, en la mayoría de las ocasiones, por instituciones laicas o por las iglesias. Aunque se debe tener presente que no todo lo moral es igual a religioso, pero toda religión tiene como propuesta un código moral en particular.
La religión de mayor influencia en la creación de la moral en occidente fue el Cristianismo, ordenado por la iglesia y destinado a la sociedad de Europa durante 1500 años. Después se impuso la americana, en la cual las culturas precolombinas poseían sus formas morales y religiosas propias.
Amoralidad
Estableciendo diferencias con la inmoralidad, la amoralidad no es un juicio sobre si alguien o algo tiene adaptación o no a las normas imperantes de la moralidad. Lo amoral es lo que no posee moral y no puede evaluarse con una perspectiva moral, pero sí con la ética.
Un ejemplo de esto es el saber tecnológico y la ciencia. Son completamente amorales, pueden ser utilizados para el mal y para el bien y no tienen una postura intrínseca uno del otro. Pero una práctica científica o un adelanto tecnológico determinado puede considerarse como ético cuando beneficia a la vida o ser antiético cuando le produce daño.