Un objetivo consiste en un planteamiento de una meta o un fin a lograr, y que, según al ámbito donde sea empleado, o más bien formulado, posee cierto nivel de dificultad. El objetivo es vista como una de las instancias esenciales en un proceso de planificación (que puede estar a diversos ámbitos) y que se formulan de forma abstracta en ese principio, pero posteriormente, pueden concretarse en realidad dependiendo si el procedimiento ha sido exitoso.
Los objetivos pueden ser conseguido de forma individual o por el contrario, de forma grupal, por la creación de un equipo. En los dos casos, los esfuerzos y la voluntad se verán impulsados por la disposición previa de los objetivos a conseguir.
Asimismo, durante todo el procedimiento de ejecución, generalmente, los objetivos funcionan como guías, los ejes que se asuman durante el proceso, ya que la desviación o una mala selección pueden colaborar a no alcanzar los objetivos formulados. Por otro lado, el término objetivo también se emplea para describir a una persona que se expresa sin que su forma de pensar o sentir influyan en sus opiniones. Se define como una persona imparcial.
Características de los objetivos
Son positivos
Los objetivos se describen en enunciados positivos y finales, y no como una pregunta o posibilidad. Para esto, abarcan verbos infinitivos, mediciones tanto cualitativas o cuantitativas esperadas, tiempos con horarios y fechas y una terminología sencilla e ideal al campo de acción.
Medibles
Los objetivos se caracterizan por ser mensurables o mediables, o sea, ser cuantitativos y estar vinculados a un límite de tiempo. Un ejemplo de esto, a diferencia del objetivo “incrementar las ventas”, un objetivo medible sería “incrementar las ventas en un 20% para x mes”.
Se ha determinado que lo ideal es que los objetivos sean medibles; pero, es posible emplear objetivos generales como “incrementar las ventas” siempre que estén junto a objetivos medibles que facilitan alcanzarlos.
Realistas
Los objetivos también se caracterizan por ser razonables y al mismo tiempo realistas. Tienen que tener en cuenta las condiciones y situaciones del entorno en donde se intentan cumplir, así como los recursos y capacidad de la compañía. Un ejemplo de esto, contrario al objetivo “incrementar de 10 a 2000 empleados en x mes”, un objetivo que es realista podría ser “aumentar de 10 a 30 empleados en x mes”.
Desafiantes
También se caracterizan por ser retadores, pero realistas. No tienen que ser algo que de todas formas pasará, sino algo que sea un desafío.
Objetivos poco ambiciosos no son de beneficio ni otorgan más motivación, aunque objetivos sencillos al principio pueden funcionar como estímulo para no dejar el camino tras comenzarlo.
Son temporales
Resulta esencial que el objetivo esté inmerso en una línea de tiempo con una organización cronológica. Este aspecto es importante al momento de describir las diferentes fases que constituirán el plan de objetivos para conseguir la meta ideada.
Son esenciales
También se describen como esenciales para el adelanto de cualquier proyecto, por lo que deben ser formulados con cuidado y consagración. Consisten en el más trascendental movimiento para construir la planificación enérgica y, sin estos, la intención no podría comenzarse.
Otras características
- En el caso de los específicos, tienen que ser estratégicos, tienen que unirse y soportar el objetivo general, explicar cómo en diversas etapas lograr ese reto, o sea que pueden servir como camino a seguir.
- Se dirigen a elementos esenciales de un problema.
- Siguen una organización metodológica que conlleva resultados específicos.
- Son guías y establecen límites en cuanto a recursos asequibles.
- Son flexibles, de manera que, según la situación, puedan ser cambiados.
- Surgen de las necesidades identificadas cuando se realice el levantamiento de los datos.